por Sergio Federovisky
Shell compró a Magdalena por un plato de lentejas
La ausencia de política ambiental en la Argentina acaba de ser constatada en la más cruda realidad, con la victoria conseguida por Shell, empresa que consiguió comprar el pueblo de Magdalena para obtener –por una suma insignificante para semejante petrolera- la amnistía a su culpa ineludible por el daño ecológico provocado por el derrame de petróleo de 1999.
Diez años después de que el Estrella Pampeana, que llevaba petróleo para Shell en condiciones de dudosa confiabilidad ambiental, chocara con otro buque y se produjera el mayor derrame de petróleo en agua dulce (5 millones de metros cúbicos de crudo), la petrolera que responde al Estado de la princesa Máxima Zorreguieta, le impuso al intendente de Magdalena un plebiscito para consagrar su impunidad. El intendente Fernando Carballo aceptó la propuesta de Shell (nueve millones de dólares a cambio de la declaración de inocencia) y se la trasladó a la comunidad de ese partido.
Este último domingo, unos tres mil habitantes de Magdalena (sobre doce mil habilitados para votar) se presentaron en las urnas y más del 70 por ciento aceptó la limosna que la propuso Shell. Lo interesante es que la petrolera, al mismo tiempo en que impuso que esa indemnización estaría condicionada a que el municipio levante los cargos judiciales en su contra, impidió que se vinculara ese dinero con la remediación ambiental por el daño provocado por el derrame. Es decir, el acta acuerdo que ahora avaló la sociedad de Magdalena y que se firmará entre el municipio y Shell, descarta expresamente que implique un reconocimiento de los hechos por partes de la petrolera. Es una suerte de acuerdo extrajudicial, entre el asesino y la víctima, en el que el asesino paga para que la víctima no lo denuncie, pero sin que eso signifique una admisión de culpabilidad; más aún, se hace el acuerdo sin que se mencione que hubo un delito de por medio.
En el acta acuerdo, Shell ofrece su colaboración “desinteresada y no vinculante” (textual) para que la Municipalidad reciba asesoramiento en materia legal, ambiental, tecnológica, de diseño y planificación con relación a los siguientes emprendimientos:
1. El diseño de un plan de explotación integral en materia turística y de esparcimiento entre los balnearios de Magdalena y Atalaya.
2. El diseño de un parque industrial dentro del partido de Magdalena.
3. El diseño de un programa de tratamiento de los residuos generados dentro del partido de Magdalena y solo para ese distrito.
Esto es claramente una manera poco elegante de comprar a los habitantes de Magdalena, que por supuesto tienen un bajo precio, entre otras cosas debido al desamparo que les provocó el derrame de petróleo perpetrado y nunca reparado por Shell. Debe ser entendido al mismo tiempo como una admisión de culpabilidad: nadie en su sano juicio puede creer que Shell dilapidaría nueve millones y medio de dólares si estuviera convencido de su más absoluta inocencia: la dádiva no ingresa en su diccionario. Curiosamente, Shell señala que ofrece este acuerdo porque “no se aprecian restos de hidrocarburos”, cuando la lógica indica que si estos restos no estuvieran presentes (los ha comprobado un estudio de la Universidad de La Plata), jamás se hubiera ofrecido una indemnización.
Alejandro Meitin, de la ONG Ala Plástica, de La Plata, expone varias dudas, además de las que ofrece el sentido común, acerca del modo y la oportunidad del acuerdo propuesto. “Esta oferta –explica- llega luego de la presentación del informe “SEGUIMIENTO DEL IMPACTO DEL DERRAME DE PETRÓLEO PROPIEDAD DE LA EMPRESA SHELL EN LA VEGETACIÓN DE LA FAJA COSTERA DE MAGDALENA A PARTIR DE TRABAJO DE CAMPO Y UTILIZACIÓN DE SENSORES REMOTOS Y SIG” elaborado por Marcel Achkar de REDES (Red de Ecología Social) – Amigos de la Tierra, Uruguay, en colaboración con Ala Plástica, en el que se evidencia una transformación de las condiciones ambientales en la zona litoral de Magdalena demostrando que la magnitud del impacto fue suficientemente severa como para alterar el ecosistema y producir efectos de larga duración que aún hoy persisten”.
“También –agrega- casualmente el plebiscito, difundido en la localidad en la localidad de Magdalena bajo la ilusión de enriquecimiento masivo, se pautó para el día 17 de mayo próximo, solo 2 días antes de la presentación a cargo de SOMO (Centre for Research on Multinational Corporations) e inversores por la sustentabilidad de Holanda, del informe mencionado y la queja de nuestra organización por el caso ante la Asamblea Anual de la petrolera en La Haya junto a otros 5 casos internacionales críticos que involucran a la empresa y una semana antes del inicio del juicio en New York contra Royal Dutch Petroleum/Shell a causa de serias violaciones a los derechos humanos en Nigeria que terminaron con el asesinato de 9 personas entre ellas Ken Saro-Wiwa”.
Pero más allá de las suspicacias, está el dato cierto de que este tipo de contubernio es posible porque los habitantes de Magdalena, tras diez años de anomia judicial, están convencidos de que la única manera de obtener algún resarcimiento es mediante una suerte de violación consentida. El estado de la provincia de Buenos Aires y el estado nacional desistieron en tiempo y forma a demandar a Shell, como corresponde por el daño provocado por un residuo peligroso del que la ley los obliga a hacerse cargo en la totalidad de su existencia. El municipio de Magdalena, en la soledad que le hace honor a su nombre, atravesó un calvario por haber decidido seguir adelante con la demanda judicial, mientras Shell negaba toda responsabilidad, presionaba y amenazaba a quienes señalaban –con pruebas- lo contrario y perseguía cerrar esta historia a como dé lugar. Tanto el estado norteamericano como el estado español, en sendos derrames de alta presencia mediática (Exxon Valdéz y Prestige) aún con errores e idas y vueltas, actuaron judicialmente contra los dueños del petróleo volcado a las aguas, y jamás renunciaron a ese derecho que les adjudicaba la ley. En Argentina, en cambio, se decidió esperar a que el tiempo pase, que Shell no pague ningún costo y, básicamente, que no se resarciera a tiempo el daño ecológico provocado.
En ese escenario, resulta poco menos que imposible exigirles a los habitantes de Magdalena que piensen con una mirada estratégica en un país que la abandonó en pos de pagar bajos costos políticos.
“¿Cuánto vale el ambiente y la salud de las personas?”, se preguntaban los ambientalistas tras conocer el resultado del plebiscito. En una causa civil, donde en general todo se remedia con dinero, la decisión –buena o mala- la adopta la justicia. Lo grave en este caso es que el precio lo haya puesto el que cometió el delito.
[1] Informe AMBIENTE y MEDIO, número
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enviado por
Lic. Silvana Bujan
"Shell, empresa que consiguió comprar el pueblo de Magdalena".
ResponderBorrarDegrada al pueblo de Magdalena diciendo "que se vendió" cuando en relidad lo que hizo fue aceptar un acuerdo estrajudicial por el daño.
"Lo grave en este caso es que el precio lo haya puesto el que cometió el delito." Este periodista debe creer que como somos un pueblo de 20.000 habitantes somos ignorantes que no pueden decidir por sí mismos.
Por supuesto que no es un regalo, se deben retirar las demandas entabladas por la Municipalidad que por culpa de cuestiones de competencia están a fojas cero en un juzgado de Capital Federal.
Así como Shell es una multinacional inescrepulosa, también hay abogados que tienen juicios de particulares (algunos sufrieron daños, otros buscan enriquecerse solamente) y hasta llamadas asociaciones ambientales que parecieran ser parte interesada.
El intendente con su mayoría en el Consejo Deliberante podría tranquilamente haber aprobado el acuerdo sin más. Pero creyó conveniente someter la decisión a los ciudadanos de Magdalena.
Los fiscales fueron los integrantes del Clubes de Barrios, Agrupaciones Gauchas, Bomberos Voluntarios, Asociacion de Comerciantes. Como no está regulado el instituto de la consulta popular, el intendente se comprometió a aceptar le decisión mayoritaria. Se hicieron charlas donde la gente se sacó sus dudas y los integrantes del la Junta Electoral local (integrada por los dos partidos mayoritarios en igual cantidad de miembros) evacuaron dudas en radio y televisión.
El voto por SI al acuerdo sacó el 77% en una lección limpísima. PUEDEN DEJAR DE INTRODUCIRSE EN CUESTIONES PRIVATIVAS DE LOS CIUDADANOS DE MAGDALENA??? Que seamos un pueblo no significa que necesitemos de iluminados, ni que tengamos que soportar que se metan con la honestidad de nuestros dirigentes. Bastantes problemas tienen con los suyos.
Ah, hablando de contubernios, recuerden que Federovisky fue vocero de María Julia Alsogaray, lindas juntas
"Shell, empresa que consiguió comprar el pueblo de Magdalena".
ResponderBorrarDegrada al pueblo de Magdalena diciendo "que se vendió" cuando en relidad lo que hizo fue aceptar un acuerdo estrajudicial por el daño.
"Lo grave en este caso es que el precio lo haya puesto el que cometió el delito." Este periodista debe creer que como somos un pueblo de 20.000 habitantes somos ignorantes que no pueden decidir por sí mismos.
Por supuesto que no es un regalo, se deben retirar las demandas entabladas por la Municipalidad que por culpa de cuestiones de competencia están a fojas cero en un juzgado de Capital Federal.
Así como Shell es una multinacional inescrepulosa, también hay abogados que tienen juicios de particulares (algunos sufrieron daños, otros buscan enriquecerse solamente) y hasta llamadas asociaciones ambientales que parecieran ser parte interesada.
El intendente con su mayoría en el Consejo Deliberante podría tranquilamente haber aprobado el acuerdo sin más. Pero creyó conveniente someter la decisión a los ciudadanos de Magdalena.
Los fiscales fueron los integrantes del Clubes de Barrios, Agrupaciones Gauchas, Bomberos Voluntarios, Asociacion de Comerciantes. Como no está regulado el instituto de la consulta popular, el intendente se comprometió a aceptar le decisión mayoritaria. Se hicieron charlas donde la gente se sacó sus dudas y los integrantes del la Junta Electoral local (integrada por los dos partidos mayoritarios en igual cantidad de miembros) evacuaron dudas en radio y televisión.
El voto por SI al acuerdo sacó el 77% en una lección limpísima. PUEDEN DEJAR DE INTRODUCIRSE EN CUESTIONES PRIVATIVAS DE LOS CIUDADANOS DE MAGDALENA??? Que seamos un pueblo no significa que necesitemos de iluminados, ni que tengamos que soportar que se metan con la honestidad de nuestros dirigentes. Bastantes problemas tienen con los suyos
a ver ANONIMO una Ciudad de 20000 habitantes
ResponderBorrarCON 12000 habilitados para votar de los que SOLO VOTAN 3000.
DE ESOS 3000 EL 70% vota por el si.
Ese 70% de 3000 NI AHI representa a los 20000 habitantes de Magdalena.
Significa que el 70% de (3000) no de 12000 (habilitados a votar) y menos de 20000 habitantes.
vendio a Magdalena y seguro ahora usaran ese dinero no para remediar la contaminacion sino para ensuciarla con los afiches de campaña.
no importa el partido que gobierne
el hecho es que el 70% de solo 3000 se vendio o vendio o se dejo comprar.
Que Shell compro a Magdalena no cabe ninguna duda, no a Magdalena sino a los intereses de unos pocos que se enriquecen a costa del daño que causara a nuestros hijos y nietos en un futuro, regalamos la salud de nuestros hijos, porque se pusieron de acuerdo y fiscalizaron solamente los dos partidos politicos, no dejaron que intervinieran las instituciones eso habla a las claras de un acuerdo que favorece solo a algunos, que no les importa el futuro de sus hijos y nietos, si el resultado fuera honesto y el Intendente y los concejales estuvieran tan seguros porque no hacer un plevicito vinculante, porque sabian perfectamente que ganaria el no!! esto habla a las claras de la baja moral, de la poca etica que tienen y de como engañan al pueblo, ya se sabran todas las verdades y el pueblo sabra que es en realidad ese acuerdo, que no beneficia al pueblo sino que enriquece a algunos señores!
ResponderBorrarA estos señores no les importa el porvenir de Magdalena , ni sus hijos y nietos, solo es en beneficio de unos pocos, se hipoteco el futuro de nuestros hijos solo por un presupuesto anual, para los que no saben, esto es en beneficio de unos pocos que engrosaran a su cuenta una buena cantidad de dinero, porque no se hizo un plebicito vinculante, porque ambas fuerzas politicas sabían que lo perdían, así estamos cada día peor y más contaminados, pero es tarde para lamentaciones, FERNANDO CARBALLO QUEDARÁ EN LA MEMORIA DEL PUEBLO DE MAGDALENA por el ser el intendente que se vendio e hipoteco el futuro bienestar de sus hijos y nietos. Espero que el pueblo de Magdalena tenga memoria!!!
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