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El kirchnerismo en la Provincia ya no es lo que era. El apoyo incondicional de los intendentes, que supo ganar con el poder de la caja y el reparto discrecional de fondos, se está diluyendo ante la inminente caída del poder. En silencio, para no levantar sospecha, cada vez son más los jefes comunales que no comulgan con la conducción K, aunque muchos nunca lo hayan hecho con convicción y tuvieron que someterse por conveniencia. Ahora comienzan a aparecer las diferencias, a pesar de que comparten la necesidad de sobrevivir hasta 2011. El punto de inflexión fue la derrota kirchnerista el 28 de junio pasado, en la que hubo acusaciones para los que no apoyaron las candidaturas de Néstor Kirchner y Daniel Scioli en sus distritos, sobre todo en el Conurbano. El mayor foco de díscolos está en la Primera Sección Electoral (noroeste del Conurbano). El ex jefe de Gabinete y actual mandatario de Tigre, Sergio Massa, ya planteó abiertamente sus diferencias con el kirchnerismo y apunta a perfilarse como alternativa post K dentro del PJ junto a otros intendentes jóvenes. Aunque dicen que continúan adentro del armado K, hay otros que están con un pie afuera. Es el caso del jefe comunal de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, que ya estaría trabajando para el ex presidente Eduardo Duhalde. "Siento una gran admiración por Duhalde pero estoy comprometido con el proyecto institucional", le dijo a Hoy Cariglino. Pero fuera de los micrófonos su discurso es otro y en las filas K ya lo dan por perdido. Esta semana se sumó a los disconformes Luis Acuña (Hurlingham). "No soy de los que están de acuerdo con todo", reconoció públicamente. Antes se había negado a firmar la solicitada de apoyo al Gobierno. En una postura independiente también están Joaquín de la Torre, de San Miguel (que tiene una feroz interna en su distrito), y Sandro Guzman, de Escobar (que llegó a la intendencia de la mano de Luis Patti y más tarde se alineó con el kirchnerismo). En los distritos de la Tercera Sección Electoral (sur del Conurbano) hay mayor contención del kirchnerismo, a cargo del presidente del PJ bonaerense y caudillo de La Matanza, Alberto Balestrini. Sin embargo, hay dos intendentes que se despegan con perfil propio. Ellos son Fernando Gray, de Esteban Echeverría, y Darío Giustozzi de Almirante Brown (cercano al ex jefe de Gabinete Alberto Fernández). Uno de los que fue apuntado en el grupo de los "traidores del 28 de junio" fue Juan José Mussi, de Berazategui (con fuerte pasado duhaldista). Pero el ex ministro de Salud de Duhalde y Carlos Ruckauf en la Provincia por ahora sigue alineado. El que ya está completamente en la vereda de enfrente es el platense Pablo Bruera, que intenta por todos los medios arrastrar a algunos de sus colegas (sobre todo los más jóvenes) a un armado propio en la Provincia, pero aún sin mucho éxito. En el interior bonaerenses también preparan la huidaEn los distritos del interior bonaerense crece con más fuerza entre los intendentes el disconformismo con el kirchnerismo. La pelea del Gobierno nacional con el sector rural que empezó en 2008 y aún perdura fue determinante, sobre todo en los municipios de fuerte producción agropecuaria. Uno de los que no tiene problemas en expresarlo es el jefe comunal de General Villegas, Gilberto Alegre. "En el Gobierno hay funcionarios que ni nos atienden. No hay autocrítica ni debate de la estructura partidaria" fue una de las críticas que ventiló Alegre. Otro que también está lejos de los Kirchner es el mandatario de Ayacucho, Darío David. Aunque intenta mantenerse en sintonía con la Casa Rosada, David recibió días atrás a uno de los opositores K, el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, que en su paso por Ayacucho para impulsar su candidatura a presidente en 2011 fue declarado "visitante ilustre". Un gesto que no encaja en los cánones kirchneristas. En la Cuarta y Sexta Sección Electoral, la mayoría de los intendentes peronistas responden al ministro del Interior, Florencio Randazzo. Pero no son todos. Por ejemplo, Cristian Breitenstein, de Bahía Blanca (uno de los distritos más poblados del interior), tiene como padrino político al dirigente del peronismo bahiense Dámaso Larraburu, que no es precisamente un devoto kirchnerista. Breitenstein comenzó a poner distancia con el kirchnerismo al negarse a la candidatura testimonial. Sin embargo, trata de despegarse de Pablo Bruera con quien se lo asocia en el armado anti K. Los que también están pensando en encarar la retirada son algunos vecinalistas que se sumaron al kirchnerismo. Encabezados por Ricardo Ivoskus, de San Martín, ya comenzaron a tender redes para agruparse en un partido provincial. Algunos de ellos son Gustavo Pulti (Mar del Plata), Gustavo Moccero (Coronel Suárez) y Enrique "Japones" García (Vicente López), entre otros. |
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Alberto Molina
Pdte FVR
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