CHIVILCOY-Abogados inescrupulosos al acecho

 
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Defraudada en su buena fe
Abogados inescrupulosos al acecho

María Eva Airoldi sufrió un accidente el 24 de marzo de 2006. Mientras circulaba por la calle Chacabuco, entre Pascual Grisolía y Pirán, se abrió la puerta de un auto contra la que golpeó, cayó al pavimento y otro vehículo le aplastó la mano izquierda. Días después fue contactada por el representante de una firma de abogados de San Andrés de Giles quien le propuso iniciar una demanda contra la compañía de seguros del vehículo y le hizo firmar un poder para hacerse cargo del juicio. Poco después le manifestó que habían logrado un acuerdo por $30.000 como resarcimiento, de los cuales, la firma de abogados que la representó, le entregó menos de $20.000 tras efectuarle los descuentos de honorarios y otros gastos. Posteriormente, la mujer tomó conocimiento que, por las características de su accidente y las lesiones provocadas, el monto que supuestamente le hubiera correspondido era superior a los $180.000. Luego de recorrer varios abogados, y al ver que ya nada podía hacer para recuperar lo que cree que es suyo, convocó a periodistas de LA RAZON para alertar a la población de este tipo de maniobras. La mujer tras relatar los pormenores del accidente, dijo que fue trasladada al Hospital Municipal donde se le realizaron las curaciones correspondientes. 'Luego realicé la denuncia en la comisaría y me fui a mi casa. Al domingo posterior al accidente, en horas del mediodía, una firma de abogados de San Andrés de Giles me llamó a mi teléfono celular, no sé cómo había conseguido mi teléfono celular, para ofrecerme sus servicios que significaba tomar el caso y tramitarme el pago de la compañía de seguros por mi accidente'. 'Al día siguiente vino un secretario del abogado y me ofreció nuevamente los servicios y en esa semana fuimos a un escribano donde firmé un poder para que él pudiera hacer dichos trámites', agregó. 'El 23 de noviembre de 2006 me llamaron por teléfono para decirme que la compañía de seguros había ofrecido $25.000 por mi accidente pero ellos habían conseguido $30.000, y me esperaban en la oficina de otro escribano para entregarme el dinero', relató. Cuando se le consultó qué tipo de recibos se le había entregado al momento de efectuarle el pago explicó: 'Un papel común de computadora pero me dijeron que en realidad me tendrían que haber dado una planilla con el membrete de la compañía de seguros'. Airoldi dijo que poco después se enteró que una amiga, por un accidente menor al que ella había sufrido, había recibido $50.000. 'Entonces me fui a un abogado de Chivilcoy que al ver mi caso dijo que la suma que la compañía de seguros contra la cual fueron los abogados de San Andrés de Giles pagaba por el tipo de accidente que yo había sufrido ascendía a una suma de $181.000'. 'Lamentablemente ya no puedo hacer nada pero quiero dar a conocer esta situación para que no les suceda lo mismo a otras personas, y que cuando se les presentan personajes de este tipo no firmen nada y consulten a un abogado de confianza', resaltó Un caso, muchos casos El caso que denunció a LA RAZON DE CHIVILCOY María Eva Airoldi expone una maniobra muy común en la zona efectuada por estudios jurídicos que tendrían una red de informantes que pertenecen a organizaciones de salud, servicios de emergencias, centros sanitarios, fuerzas de seguridad, que pasarían datos sobre personas recientemente accidentadas. A partir de ahí, representantes de dichos estudios, que han sido denunciados permanentemente ante los respectivos colegios de abogados por este accionar, se hacen presentes ante las víctimas para tentarlas con una demanda a las compañías seguros consiguiendo poderes firmados para gestionar los juicios o las negociaciones, y en muchos de estos casos, las víctimas terminan recibiendo una pequeña porción de los acuerdos alcanzados.

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